
El libro Valparaíso, secretos de la ciudad del viento, escrito por Fernanda Casorzo Pino y Manuel Peña Muñoz publicado en Chile por la editorial Letra Capital (2020), nos cuenta pequeñas historias que se esconden en los pliegues de la singular ciudad portuaria recostada sobre el Pacífico Sur. Pero ¿por qué nos ocupamos de un libro que relata episodios escondidos de un lugar tan lejano del noroeste argentino? Porque representa un género poco transitado por los autores y escritoras a la hora de cartografiar emocionalmente los territorios latinoamericanos. Mucho realismo mágico o crónica documental y pocos pequeños secretos de barrio, susurros urbanos sobre lo que se sabe y lo que se vela.
A partir de pesquisas callejeras y sus propias experiencias cotidianas, Casorzo Pino y Peña Muñoz, dos vecinos más de Valparaíso, dejan ver a la vuelta de la esquina sombras de la maravilla efímera que la historia oficial pasa por alto. Por ejemplo, que Neruda vivió clandestino en el sótano de una casona en un cerro, que algunas calles guardan tesoros bajo el asfalto, que los piratas eran frecuentes visitantes en la bahía, que una de las canciones más famosas de la ciudad se compuso en una casa transparente o que uno de los ascensores supo estar endiablado.
En La identidad cosmopolita, Norbert Bilbeny asegura que uno de los constituyentes determinantes de la pertenencia es la territorialidad. Por lo tanto uno se obsesiona con eso de “mi tierra”, “mi país”, “mi ciudad”. Que vendría a ser algo así como “mi osito de peluche”, “mi cunita” o “mi mascota” de la niñez.
Prosiguiendo con la lectura de Bilbeny la territorialidad es una necesidad humana adquirida biológicamente. Animales y seres humanos buscan entornos que les presten abrigo y alimentación. Unos se los apropian demarcándolos con orines y otros desenrollando alambres de púas. Así “es del territorio el que está en el territorio”. Porque territorio es un uso, no una propiedad. Lo que hace que un lugar sea sentido como nuestro es el modo de utilizarlo, entonces en las ciudades suceden cosas. Sucesos que suelen pasar inadvertidos, cercanos a la intrahistoria de Unamuno.
La territorialidad es una forma de relación con el espacio basada en finalidades. Motivaciones, casi siempre, orientadas a construir un discurso, un gran relato bonito y heroico. Contamos de las ciudades las anécdotas que brillan o los sucesos negros que dan escalofríos. Pero olvidamos, o no nos interesan, las gestas tímidas porque no son de bronce o mármol.
Si bien compartimos un amplio porcentaje de cualidades con los mamíferos superiores también nos diferenciamos por la forma de vincularnos con el medio ambiente. El animal se sirve del instinto nosotros de la cultura. La ciudad nació como una construcción cultural que operó como defensa ante el riesgo de enfrentar la necesidad natural.
Valparaíso, secretos de la ciudad del viento también nos acerca hasta la novela La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, un texto que construye una mirada histórica de Barcelona desde la memoria colectiva de sus habitantes. Mucho más cerca, sin ir más lejos en la ciudad de Posadas en la provincia de Misiones, conecta con otro libro escrito por Santiago Morales, Papeles de recienvecido.
Las ilustraciones fueron realizadas por Fito Holloway y la obra forma parte de la colección Miremos juntos.
Historias encontradas es el título de una antología de Eduardo Berti. Editorial Eterna Cadencia. Buenos Aires 2009
1 Comment